
Homilia Completa en Caacupé del Mons. Alfert
Queridos hermanos y hermanas, indígenas, paraguayos y extranjeros que han llegado desde los lugares más lejanos junto a nuestra Madre, la Virgen de los Milagros de Caacupé y todos los que por radio y televisión, participan en esta hermosa fiesta de encuentro con nuestra Madre la Virgen de los Milagros de Caacupé. Ella nos llama a acercarnos a Jesús y hacerle caso cuando El nos indica el camino de nuestra vida personal, la vida de nuestra patria y la vida de nuestra Iglesia y más en concreto la convivencia entre todos y todas que habitamos esta patria, así como los que somos miembros de esta Iglesia.
Iniciamos el trienio de la Juventud bajo el Lema general: “Abrasarse a Jesucristo” y de este año“Uds. son mis amigos”. Esto nos dice Jesús al invitarnos a acercarnos a EL. El tema que nos toca reflexionar hoy es:”Los jóvenes llamados a convivir fraternalmente en una sociedad multiétnica y pluricultural“. La convivencia fraternal entre todos, esta es la voluntad de Dios, su propuesta y mandato, la base de una vida en plenitud, o del “Buen Vivir.”, como sueñan los pueblos guaraníes. Y la Iglesia según el mandato de Dios está involucrada desde su más autentica identidad comprometida con la causa del pueblo, con la justicia social, con la convivencia intercultural, con el bienestar, con la paz y fraternidad entre todos, con la lucha por la igualdad de posibilidades y la solidaridad entre todos. La proyección social no es una cosa adicional u opcional, sino es algo esencial y la expresión de la misma fe vivida con autenticidad y radicalidad.
Qué hermoso el ambiente que describe Isaías para el mundo, donde se aplica la ley del amor de Dios: El lobo habitará con el cordero, el puma se acostará junto al cabrito, el ternero comerá al lado del león y un niño chiquito los cuidará. La vaca y el oso pastarán en compañía y sus crías reposarán juntas, pues el león también comerá pasto, igual que el buey. El niño de pecho jugará sobre el nido de la víbora, y en la cueva de la culebra el pequeñuelo meterá su mano.
Esto los animales sí, pero nosotros, los humanos, cómo es nuestra convivencia entre personas diferentes,qué estamos haciendo con nuestra patria y los habitantes de esta hermosa tierra? Estamos realmente construyendo un país soñado por Dios y por nosotros mismos? Y somos también la Iglesia soñada por Cristo? Y a los jóvenes, qué mundo les ofrecemos para ser felices, que posibilidades tienen, qué sueños pueden realizar realmente, dónde pueden participar activamente preparando un futuro feliz?
Lo que a diario experimentamos es, que a menudo nos sentimos superiores frente a otros, o por saber más, por tener más poder o influencia política, por tener más dinero, por ser de tal o cual clan familiar de la casta superior. También despreciamos a otros por tener otro color de piel, por hablar otra lengua, por pensar diferente, por tener otra cultura y religión, otro modo de vestir o de alimentarse o simplemente por ser diferente de alguna manera. Ser diferente clasificamos como algo inferior o peor e incapaz de participar o no ser digno de ser miembro de nuestro pueblo. Lo peor es que sólo lo sentimos sino lo expresamos en chistes, burlas o imágenes indignantes y con nuestro modo de relacionarnos y tratarnos.
Nos llama la atención el Papa Francisco al preguntar: Al pobre mendigo, le disto un pedazo de pan para tranquilizar tu consciencia no más, o le miraste también en los ojos, le diste la mano o un abrazo. (Una señora de alta sociedad se indignó porque pedí a un Indígena de leer en una misa en Asunción la palabra de Dios. Yo me quedé más indignado que ella.) Nuestro mal es fruto de nuestro desconocimiento del otro, de nuestra propia inseguridad o del etnocentrismo exagerado, donde el yo y nosotros somos el centro del mundo y la medida de referencia, la norma.
Entre nosotros los pueblos indígenas son los que más sufren este desprecio, la burla, la indiferencia o la incomprensión. Son echados de sus tierras ancestrales y las instituciones del estado se niegan a defender eficazmente sus derechos y simplemente cumplir con la constitución nacional, porque los indígenas son considerados gente de segunda o tercera clase. Son cuestionados también porque vienen a la ciudad como cualquier ciudadano, aunque esto antes también era su tierra. Son utilizados por narcotraficantes y abusados. Me pregunto, no nos ha creado Dios a todos y todas muy diferentes pero con la misma dignidad de los hijos de Dios y hermanos entre nosotros.
En medio de un mundo de tanto desprecio, luchas y rivalidades en medio de tanta violencia que experimentamos a diario: es una gracia, que entre personas de tantos y diferentes lugares, culturas y lenguas, podamos celebrar juntos aquí, unidos en la misma fe y animados por la misma esperanza.
Pero es a la vez también un desafío y un compromiso para todos los pueblos, culturas y religiones que formamos esta patria y nuestra Iglesia. Dios mismo nos muestra un camino para lograr una convivencia armoniosa. El, siendo Dios, se hizo hombre uno de nosotros, puso su casa entre nosotros, se despojó de su rango de Dios, se hizo siervo de todos. Su humildad y su amor son el camino a la verdadera fraternidad. Dios tiene su lugar en cada cultura, se hace entender por todos los seres humanos en su manera pero sigue siendo el mismo Dios, padre de todos.
Quiero invitar especialmente a todos Uds. los y las jóvenes. Uds. que son abiertos flexibles, no atados ciertas estructuras ni pensamientos endurecidos, emprendan el hermoso camino de encuentro que debe ser el hilo espiritual de estos tres años de la juventud. Encuentro en primer lugar con Cristo, que en este año les invita diciendo, Uds. son mis amigos. Háganse verdaderos amigos de El, hay que tocarle, abrazarle, sentirle, escucharle. Hay que conversar con El como amigo, deliberar con El y definir el camino de la vida con El. Hay que aprender de Él el modo de vivir. Hay que refugiarse en El en los momentos difíciles y agarrar la mano que El nos estrecha para levantarnos y salvarnos.
Están invitados a hacer lo mismo con todas personas que les rodean, especialmente con otros jóvenes. Demuestren al a la sociedad que es posible un mundo diferente, un mundo donde jóvenes provenientes de las más diferentes culturas, viven juntos, trabajan, estudian juntos, donde sueñan, planifican y proyectan juntos un mundo mejor. Uds. los jóvenes son capaces de apreciar y aprender unos de otros y compartir los más preciosos valores de la vida. Jóvenes campesinos, indígenas, obreros estudiantes provenientes de las más variadas situaciones de la vida, juntos pueden construir un mundo de paz. Esto es posible si cada uno pone al servicio de los demás los dones recibidos de Dios y cada uno es apreciado y valorado con sus riquezas espirituales y humanas. Las barras bravas violentas y los “motochorros” y los drogados, no son la verdadera juventud del Paraguay. Hay otra juventud muy valiente, juventud que quiere construir un mundo mejor, la juventud de Jesucristo.
Lastimosamente mucha gente y dirigentes del pueblo piensan que pueden lograr una convivencia armoniosa y fraternal sin Dios, lejos de Dios e inclusive contra las propuestas de Dios. – Nunca se va a instalar una verdadera paz a base de armas, poder policial o militar. Sin Dios vamos a acabar con llenar nuestro mundo con alambrados y murallas, con sistemas de seguridad gua`u y guardianes y perros feroces. Pero no vamos a lograr vivir seguros y en paz. Nuestro cometido, encomendado por Dios, es al contrario abrir los portones, hacer puentes, caminos y senderos hacia los demás, ser todos los días facilitadores de encuentro y diálogo de unos con otros, hablar no con falsedad irónica, sino de corazón a corazón con sinceridad y amor , esto es lo que saben hacer Uds., los jóvenes.
Uds. los jóvenes, para lograr de verdad un ambiente de encuentro y de compartir deben estar preparados para esto: En primer lugar deben, como dice el Papa Francisco: “vivir en profundidad su propia identidad”. Ser de verdad jóvenes paraguayos, jóvenes que identifican con su propia cultura y la vivan con convicción y su fe. Invito también a los jóvenes indígenas, cuando se encuentran con otros jóvenes de otras culturas, que no disimulan que no se olviden de sus raíces, que se presenten como auténticos indígenas, ya que tienen demasiados valores humanos e espirituales que ofrecer a los demás. Fortalezcan su identidad cultural, no se dejen corromper ni drogar, profundicen su fe y sus valores espirituales. Esto Uds. necesitan para sobrevivir y fortalecer sus propias vidas y sus comunidades y es algo muy importante que pueden aportar a nuestra Iglesia y a la sociedad, por su experiencia de respeto a la vida, a la naturaleza, su fe en Dios y su convivencia fraterna.
Dice también el Papa, que deben tener “la mente y el “corazón abierto” y hablar a los demás con “empatía y sincera acogida. Saber compartir y aprender unos de otros los más profundos valores de la vida, esto es el secreto de una convivencia en paz.
Les advierto a Uds. los jóvenes que no va a ser fácil de soñar por un mundo así diferente y luchar por una patria una sociedad nueva. Hay gente con demasiado poder que les quiere corromper y utilizar para sus fines personales o políticos. Los serios intentos de cambio muchas veces son sofocados por gente poderosa e irresponsable, a quienes no importa el bien del pueblo. Espero que ellos escuchen a Juan el Bautista en el evangelio de hoy, cuando titula a esta gente con “Raza de víboras! E insiste en que muestren los frutos de una sincera conversión. ”Bastan las autoridades que desalojan a campesinos e indígenas. El caso de Curuguaty y muchos otros hasta hoy gritan al cielo por justicia.
Soñamos con una patria de paz, instituciones públicas eficaces y transparentes, poderes del estado justos y representantes del pueblo verdaderamente honorables, con una ciudadanía comprometida y responsable, soñamos con un país donde los indígenas y especialmente los jóvenes nos muevan para vivir una verdadera interculturalidad, que hasta ahora no existe en ninguna parte, entre gente de diferentes lenguas, culturas y religiones, soñamos con cristianos auténticos que viven sus compromisos bautismales con coherencia y con una Iglesia y sus comunidades, donde se vive y experimenta la fraternidad y la solidaridad. Soñamos con familias sanas bien unidas, verdaderas formadoras de personas humanas, soñamos con una Juventud que no se deja corromper sino hace valer sus más profundos valores e ideales en la sociedad. A esto nos invita San pablo en la carta a los romanos: Que Dios, nos conceda también a todos vivir en buen acuerdo, según el espíritu de Cristo Jesús”y que su bendición alcanza a todos los pueblos. Para lograr todo esto es indispensable apuntar todos juntos a una nueva convivencia entre todos los que somos miembros de la Iglesia y habitamos esta patria:
Invito a los gobernantes y toda la ciudadanía de asumir la realidad de que somos una sociedad de muchas culturas y etnias diferentes como los pueblos indígenas, que antes de ser un estorbo quieren ser una riqueza para todos.
Lo más grave para una sociedad es, corromper a la juventud, porque destruimos nuestro propio futuro. No darles oportunidad en la vida a los 300.000 “ni-ni”, ni trabajo ni estudia, también es corromper a la juventud. Hay que escuchar la advertencia de Dios que nos dice hoy el Profeta Isaías:“El SeñorNo juzgará por las apariencias ni se decidirá por lo que se dice, sino que hará justicia a los débiles y defenderá el derecho de los pobres del país. Su palabra derribará al opresor, el soplo de sus labios matará al malvado.”
A nuestra Iglesia y a todos los cristianos, invito a dejarnos contagiar por las riquezas espirituales de los pueblos indígenas, por su profundo conocimiento de Dios y su fe. Que aprendamos de su ejemplo de una convivencia armoniosa en su hábitat, de su capacidad de hacer alianzas y de su solidaridad, de su fidelidad en la lucha por las reivindicaciones territoriales y su resistencia, su fe, su religiosidad y sus profundos conocimientos de Dios Que nos dejemos impregnar por su sencillez y alegría. Hagamos lugar para una eficaz participación especialmente de los jóvenes en nuestra Iglesia y en nuestra sociedad?
María, la Virgen de los Milagros nuestra Madre, bendiga a nuestros Jóvenes y los lleve a encontrarse con su Hijo Jesús y que ella nos nos ayude a todos en el año 2.017, que la renovación de nuestra Iglesia, de nuestro país sea marcada por un profundo encuentro con Cristo y con los hermanos. Amen
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